MURCIA. Anecoop, la mayor cooperativa agroalimentaria de España, logra superar la barrera de las 10 cifras en materia de facturación. Tras quedarse a las puertas el año pasado con 998 millones de euros, ha sido en la campaña 2022/2023 cuando esta firma ha logrado unas ventas conjuntas de 1.001 millones de euros.
Este resultado se ha logrado gracias al rebote en los precios experimentado durante este periodo, pues el volumen comercializado ha sufrido una caída del 14,3%, lo que equivale a 109.000 toneladas menos que en el ejercicio anterior. El descenso se ha producido fundamentalmente en cítricos y hortalizas, pero también ha sido muy notable por productos la reducción en sandía y caqui, este último con un bajón de hasta el 50%.
"Este año era como un tobogán, cuando empezabas a coger el ritmo desaparecían los productos. Por suerte los precios han acompañado y hemos podido liquidar a los socios un 19% más que el año pasado, por lo que los agricultores podrán estar más satisfechos", ha explicado Joan Mir, director general de Anecoop, en la presentación de resultados celebrada este jueves.
En cuanto al beneficio, este también ha resultado positivo en la pasada campaña, que comprende desde el 1 de octubre del 2022 hasta el 30 de septiembre del 2023. Así, las ganancias netas de la cooperativa alcanzaron los 4,2 millones de euros, casi el doble de los 2,3 millones obtenidos en el ejercicio anterior.
Una noticia positiva que se completa con “el crecimiento del precio medio por kilo pagado a nuestros agricultores socios, que se ha elevado un 20,7% sobre el año anterior”.
Por otro lado, Anecoop también avanzó en su objetivo de reducir el número de empresas para concentrar el negocio. Así, cuenta ahora con 67 socios frente a los 72 que componían la cooperativa en el pasado ejercicio, donde destaca la integración de la almeriense Albentillas en la estructura social de Toñifruit, empresa especializada en cultivo ecológico con sede en Librilla.
Más allá de los datos consolidados de todo el grupo, Anecoop facturó como sociedad 846 millones en el pasado ejercicio, un 2,7% más, con un beneficio de 1,8 millones de euros.
La cooperativa también puso en valor el trabajo que genera, pues cuenta con 21.284 agricultores que aportan sus productos, que a su vez dan trabajo a otras 20.347 personas en sus almacenes. Cabe señalar que el porcentaje de mujeres en plantilla supera al de los hombres con un 52,8% del total.
Por su parte, Alejandro Monzón, presidente de Anecoop ha afirmado que, “si bien es cierto que la situación es desfavorable para todos los sectores, el nuestro es especialmente sensible por muchos motivos. El más evidente, por la inmediatez de comercialización que nuestros productos precisan y el ajuste casi diario de los costes de producción”.
Monzón ha continuado su intervención desde la estrategia asumida por Anecoop. “Conscientes de esta realidad, nos hemos centrado, como siempre, en atenuar las consecuencias a corto plazo de los numerosos frentes abiertos que impactan en nuestro sector, sin quitar el foco de las estrategias que sabemos que son necesarias para progresar en el medio y largo plazo”.
La vigilancia constante por la rentabilidad en las explotaciones de sus socios es, así, prioridad. Una rentabilidad que pasa por la adopción de medidas respaldadas por la investigación que la cooperativa de segundo grado realiza tanto en el campo como en laboratorio. En 2022/2023, el control biológico de plagas, la integración de la inteligencia artificial para mejorar la producción o la modernización del regadío basado en la digitalización y las nuevas tecnologías, han centrado los proyectos de I+D+IT.
Joan Mir ha coincido con Alejandro Monzón en la importancia de la innovación como palanca de crecimiento del sector. “El cambio al que asistimos es constante y en los últimos años se ha acelerado; solo podemos darle respuesta con innovación, con nuevos sistemas de gestión y mayor eficiencia”. No en vano, solo en estos momentos tienen en marcha 112 proyectos de innovación que abarcan todos los ámbitos.
Además, ha repasado los factores en contra a los que el campo ha tenido que enfrentarse a lo largo de los últimos años. Una climatología adversa, que ha diezmado cosechas. La inflación y el consecuente encarecimiento de las materias primas, de la energía y del coste general de la vida. La competencia desleal por la irrupción de productos de países terceros. Factores todos ellos que “solo podremos enfrentar desde la innovación en gestión y eficiencia”, ha reconocido.