CARTAGENA. El Puerto de Cartagena pondrá en funcionamiento su nuevo Puesto de Control Fronteriza (PCF), también llamado Puesto de Inspección Fronteriza, antes del próximo verano, con una inversión de seis millones de euros que permitirá triplicar las bocas de inspección y mejorar la capacidad tecnológica del puerto. Esta infraestructura está destinada a fortalecer la capacidad de revisión de mercancías y a consolidar nuevas rutas comerciales, como las establecidas recientemente con África Occidental. El director del Puerto de Cartagena, José María Gómez Fuster, explicó que el objetivo es anticiparse a la demanda creciente de nuevas líneas y mercados.
Según Gómez Fuster, el nuevo PCF ha sido diseñado para albergar a más de 20 inspectores, en función de las necesidades de inspección que exijan los distintos ministerios involucrados en los controles aduaneros. "Desde el puerto, estamos construyendo un nuevo puesto de control en el que no solo se mejora la coordinación entre ministerios, sino que también se optimizan las infraestructuras para realizar los servicios de inspección", indicó. La previsión es que el nuevo edificio, que triplicará las bocas de inspección, agilice significativamente el despacho de mercancías y ofrezca condiciones de seguridad modernas para productos procedentes de importaciones y exportaciones.
Los Puestos de Inspección Fronteriza (PIF) son espacios estratégicos para los controles oficiales de mercancías tanto del comercio exterior como del interior. En ellos, los servicios de inspección en frontera (SIF), dependientes de la Administración General del Estado, se encargan de asegurar que los productos cumplen con las condiciones higiénico-sanitarias, comerciales y de seguridad industrial necesarias. En el caso del Puerto de Cartagena, este volumen de actividad convierte al PIF en el séptimo centro de control de aduanas más activo de España, dentro de los 37 existentes en los puertos nacionales.
El PIF de Cartagena realiza cerca de medio millón de controles sanitarios anuales, una cifra que refleja la importancia de estas inspecciones para garantizar la seguridad de las mercancías de consumo y de materias primas esenciales, como alimentos para animales y componentes farmacéuticos. Los equipos de inspección fronteriza están especializados en productos de consumo humano, control sanitario de animales vivos, productos farmacéuticos y prevención de plagas vegetales, aspectos clave para proteger la salud pública y la sanidad animal.
Además de controlar las mercancías de entrada, los servicios de inspección emiten certificados sanitarios necesarios para la exportación de productos agrícolas, ganaderos y farmacéuticos, proporcionando un apoyo esencial a sectores clave para muchas comunidades autónomas. Gómez Fuster subrayó la relevancia de estos servicios, que consolidan el puerto como un eje de tráfico para importaciones y exportaciones, facilitando el abastecimiento de productos de primera necesidad para el mercado nacional.
