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El gran espejo barroco del Palacio de Guevara vuelve a brillar en el Salón Amarillo

1/06/2021 - 

MURCIA. Cerca de 2.500 horas de trabajo y unas 1.750 hojas de pan de oro de ley de 22 quilates ha hecho falta para restaurar el gran espejo barroco del Palacio de Guevara, que ha vuelto a su ubicación original. El alcalde de Lorca, Diego José Mateos, junto a las concejalas de Desarrollo Local y Cultura, Isabel Casalduero y María Ángeles Mazuecos, respectivamente, han asistido este martes a la recolocación de esta pieza única, elaborada entre los años 1702 y 1704, de autoría desconocida y con unas dimensiones de 3,44 de alto por 2,33 metros. Su peso se aproxima a los 400 kilos.

Mateos ha explicado que este gran espejo barroco de madera tallada y dorada del Palacio de Guevara es "un tesoro patrimonial de nuestro municipio que, tras su restauración, vuelve a su casa, al lugar que ocupaba antes de los terremotos de 2011, el conocido como Salón Amarillo del Palacio".

Los trabajos se han llevado a cabo a través del taller de restauración de la Concejalía de Desarrollo Local y gracias a la intervención de dos maestros de la restauración y la carpintería, Antonio García Rico y Manuel Mateo.

Ambos "han realizado un magnífico trabajo poniendo todo el esmero y dedicación para completar un necesario y complejo proceso de restauración de la pieza que comenzaba el pasado mes de marzo y que ha quedado espléndidamente restaurada", ha señalado el regidor lorquino.

El marco fue tallado sobre una estructura de tablones y piezas de madera ensambladas, en las que, con el paso del tiempo, se han ido produciendo tensiones, movimientos, desajustes y deformaciones que han causado grandes grietas que ponían en grave peligro la integridad estructural y formal de la pieza.

A ello se añadirían golpes, perdidas de volúmenes tallados, repintes puntuales, desprendimientos de dorados o aparejos por humedad.

El alcalde ha detallado que en la actuación de su restauración ha primado la conservación de sus características físicas, estéticas, históricas y culturales, con respeto absoluto a la obra original, mediante un orden secuencial de la actuación que ha comprendido tareas de limpieza, ajustado de piezas desprendidas, refuerzo estructural, reintegración de volúmenes desaparecidos tallados en madera y de lagunas de aparejos, limpieza, repintes, reintegración discernible de dorados y barnizado final de protección.

Mateos ha indicado que "se trata de un espejo convertido en un bien de prestigio y referente singular de un momento artístico, social y cultural de la Lorca de finales del siglo XVII y principios del XVIII".

Su originalidad se debe a su espléndido marco de estructura rectangular y disposición de volúmenes simétricos, que ofrece un rico repertorio ornamental con formas talladas de gran plasticidad y carnosidad, compuesto con motivos de cintas en combinación de elementos vegetales.

Todo alarde de formas es dispuesto para exaltar el blasón de la familia Guevara, al que se suman figuras como el águila bicéfala o las cabezas de león y los niños.

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