las huelgas de la administración y su repercusión entre los abogados de la región

El caos de la Justicia y su negro futuro para abogados y clientes: "Nunca se ha sufrido un desprestigio tan grande"

1/05/2023 - 

CARTAGENA. No ha sido cuestión de días ni de semanas, son meses los que la Justicia anda arrastrando sus debilidades, salpicada por reivindicaciones, que aunque completamente legítimas, favorecen la exhibición pública de su decadente estado de forma y la confirmación de que se ha convertido en una administración de tercera división.

Mientras que la ministra del ramo, Pilar Llop indigna a los funcionarios, que la califican como "un cero a la izquierda en el Gobierno", el parón no ha dejado de socavar sus cimientos y se muestra tambaleante, con gran parte de sus protagonistas enfadados, en huelga o a punto de hacerlo.

Los abogados y los justiciables son ahora los grandes damnificados de todo lo que ha sucedido -huelga de los LAJ, huelga de los funcionarios y parones previstos de jueces-. Los primeros porque hacen la sencilla cuenta de a menos trabajo, menos ingresos; los segundos porque no pueden ejercer el constitucional derecho de una defensa o una reclamación legítima.

Hay ya muchos despachos de abogados que se las están viendo crudas para mantener a sus trabajadores y pagar las facturas. En algunos casos, quizás los más sangrantes, sin cobrar de sus clientes durante semanas porque la paralización de los procedimientos, algunos anulados y otros suspendidos, les está dejando en precario. Pero lo peor, como ellos mismos afirman, es que nada tiene visos de mejorar, más bien lo contrario: el futuro no acerca buenos augurios.

De izquierda a derecha, los decanos de los colegios de abogados de Lorca (Ángel García Aragón), Cartagena (Ángel Méndez) y Murcia (Francisco Martínez-Escribano)

Ángel Méndez, decano del Colegio de Abogados de Cartagena (ICAC), explica que la actual situación de la Justicia "es pésima" y afirma que "nunca ha sufrido un desprestigio tan grande para la ciudadanía". Además, añade, que este problema, curiosamente, ha sido provocado "por quienes precisamente tenían que esforzarse más en que el servicio público de la Justicia fuera valorado y respetado por todos". Primero la huelga de los LAJ, ahora la huelga de los funcionarios, en el horizonte la de los Jueces y Fiscales. "Es inasumible y vergonzosa esta situación", apostilla.

"La paralización es total y atribuyo una gran culpa al Ministerio de Justicia, no porque nadie deba reivindicar lo que considere, sino porque ha habido una falta absoluta de previsión. Mientras, la Ministra se va a la Feria de Abril de Sevilla. Está claro que la Justicia es la hermana pobre de todas las administraciones y así lo sufrimos todos", admite el decano del Colegio de Abogados de Murcia (ICAMUR), Francisco Martínez-Escribano Gómez. "El desprestigio es muy grande. No es solo la huelga en sí, sino todo lo que nos rodea; estamos atravesando una época muy extraña".

"Es un espectáculo lamentable, como servicio público de primer orden, el que se está ofreciendo", añade Martínez-Escribano, y puntualiza: "primero para la propia ciudadanía, por la imagen que transmiten los jueces y los funcionarios y, segundo, para los propios profesionales que vivimos de esto. Si no trabajamos, no facturamos", apostilla.

Miles de procedimientos paralizados y parálisis económica

Ángel García Aragón, decano del Colegio de Abogados de Lorca (ICALORCA), afirma que esta "situación caótica" afecta "seriamente" a los despachos de abogados desde el pasado mes de enero, "con miles de procedimientos afectados", añade. "Las continuas suspensiones han provocado una vuelta a la tramitación y esto provoca, en algunos casos, hasta once meses de paralización", explica García Aragón, quien aclara que si bien este caos "lo sufrimos los despachos y los profesionales", los afectados son, principalmente, "los justiciables".

Rosa Manrubia, abogada cartagenera, confirma las palabras de García Aragón y apostilla que en su caso la situación es "especialmente dramática" por sus clientes, y justifica "están privando a los justiciables a una justicia eficaz y que no sea tardía", y añade que tiene clientes "que se encuentran en una situación límite; personas vulnerables que tienen compromisos económicos de los que no se pueden hacer cargo y a los que les están suspendiendo sus juicios. En el momento en el que el tramitador no le da a la tecla para que el juicio se grabe, ya se suspende", explica.

Uno, no el único, de los grandes perjudicados es el mundo de la abogacía, ya que esto conlleva "una paralización de nuestra actividad económica", explica Méndez, quien ahonda un poco más en la situación: "Nadie tiene en cuenta que nosotros tenemos que seguir trabajando si queremos pagar la luz y el agua de nuestros despachos y domicilios. Hay despachos profesionales que han visto reducida su actividad en un 75 por ciento, y eso significa no poder continuar con el despacho abierto. A los abogados se nos ha abocado a una huelga forzosa, sin poder hacer nada al respecto. Es absolutamente injusto e indignante", subraya el decano de los abogados de Cartagena.

"Los abogados que viven de procedimientos judiciales están dejando de facturar mucho dinero. Yo diría que incluso porcentajes superiores al 80%", añade García-Escribano. "Pero lo peor es que hay juicios que no se celebran ahora y que pasarán años para volver a celebrarlos. El panorama es tremendo y la desconfianza, muy grande para nuestros representados".

En consecuencia, han tenido y van a continuar teniendo pérdidas económicas muy importantes. "¿Quién nos va a indemnizar? ¿Cómo valoramos el desencanto de una ciudadanía que prefiere perder sus derechos antes que acudir al juzgado a solicitar Justicia?", se pregunta el decano cartagenero.

"Los más perjudicados no solo somos nosotros, abogados y procuradores, sino los justiciables", reitera un abogado ejerciente que prefiere mantener el anonimato. "Ya no es que se retrasen procedimientos, como juicios, declaraciones o diligencias, es que se están suspendiendo juicios. Si los sumamos a la anterior huelga, de los LAJ, el retraso que se está produciendo en la administración de Justicia es terrible", añade. "Nosotros, al trabajar de forma tan irregular, también cobramos de forma irregular. Si nosotros hemos pactado con nuestro cliente que nos pague a sentencia y no se celebra el juicio, pues ese dinero no lo ves. O, por ejemplo, tenemos previsto un mandamiento de pago, que el letrado sí firma, pero el funcionario no lo envía porque está de huelga, nos está retrasando sin saber hasta cuándo".

"Es un auténtico colapso y no sé ni tan siquiera cuándo voy a volver a celebrar los juicios que se me han suspendido", dice la abogada Rosa Manrubia. "Hay juicios que son urgentes y no están en los servicios mínimos, por lo que estamos en una situación de incertidumbre e impotencia ante nuestros clientes", además de mostrar un momento "de inseguridad jurídica de cara al ciudadano. La gente ya no confía en la justicia", subraya con crudeza la abogada. "Cuando la gente ve una huelga en la televisión, ya sea de médicos o ganaderos, al final a ellos de forma directa no les afecta. El problema es que esta huelga es especial, porque lo que está haciendo es privar a los ciudadanos al acceso a un servicio público esencial", reconocido en la Constitución como "la tutela judicial efectiva. Para ellos, que se celebren determinados juicios les lleva la vida, por su importancia. Mis clientes lo padecen de una forma dramática".

"Este es un servicio público esencial. La justicia es fundamental y sin justicia no hay democracia", dice el decano de los abogados de Murcia

"Estamos perdiendo de vista", añade, por su parte, el decano del Colegio de Abogados de Murcia, "que este es un servicio público esencial. La justicia es fundamental y sin justicia no hay democracia".

"Pues lo único que nos queda es esperar y aguantar, tratando de ser lo más diligentes posibles dentro de nuestro trabajo", indica García Aragón, quien recuerda que la administración de Justicia es "la más dejada y abandonada de todas" y recuerda que el momento que están viviendo, económicamente hablando, es, probablemente, el más grave que les haya tocado como abogados "incluso peor que durante la pandemia, porque en aquella época no se paralizó todo como ahora, podíamos seguir trabajando, aunque fuera en nuestros domicilios, pero a día de hoy todo está lleno de incertidumbre. La mayoría de los procedimientos son suspendidos y el panorama no pinta nada bien".

Reconoce Manrubia que es un doble drama, tanto el que supone para sus representados como para el día a día de los abogados. "Nuestro trabajo se va por la borda. Te has preparado para celebrar ese juicio y al cliente le has pedido una provisión de fondos, pero no el 100% y asunto que no celebras, asunto que no cobras" explica la abogada cartagenera. Si a eso le añades, dice la letrada, que sea un asunto que han turnado por justicia gratuita, por turno de oficio, "sí que no lo vas a cobrar, ya que aquí sí que no tienes un cliente que responda detrás del pleito. Dependes de que se celebre o no". 

Por parte del Consejo General de la Abogacía Española "y de nuestro Colegio hemos realizado innumerables llamamientos en relación con la pasada huelga de los LAJ para que hubiera una rápida solución, para que se sentaran a negociar de una vez", añade Méndez, decano de Cartagena, "y estuvieron dos meses paralizando nuestra actividad. Ahora volvemos a insistir: Que negocien lo que quieran pero que lleguen a un acuerdo inmediato. Esta situación no se puede soportar por parte de la Administración de Justicia", explica.

"Empezamos a ser el eslabón más débil de la cadena", añade el jurista, "la Justicia somos la niña fea de la administración. Los que metemos y sacamos papel estamos viendo ralentizado nuestro trabajo, que afecta a nuestra economía y a la de nuestros clientes. Vamos camino del desastre. Estamos sufriendo todos, menos el Ministerio".Abogados del Turno de Oficio de Cartagena que se manifestaron esta semana en Madrid

El Turno de Oficio y las diferencias entre las retribuciones de los territorios

Mención aparte merece la situación del Turno de Oficio, a la que califican de lamentable. "Los baremos son miserables y llevan sin actualizarse muchísimos años", dice el decano de los abogados de Cartagena "pero nuestras reivindicaciones no son solo por el ámbito económico sino también por las diferencias injustificables de retribuciones entre los territorios dentro de nuestro Estado". Igualmente "cada día nos exigen más y más a nivel burocrático y de gestión", apostilla. "Es todo absolutamente inasumible e inaceptable para unos profesionales que por vocación de servicio público prestan todo su esfuerzo e interés en la defensa del Estado de Derecho", añade.

El panorama es deplorable "y la abogacía necesita una justicia en la que se dignifique el papel de los abogados de oficio", añade el decano de los letrados de Lorca: "Es una función recogida en la Constitución española y que está compensada con unas retribuciones lamentables".

"Hasta ahora los ministros se han ocupado poco o nada del turno de oficio. Nadie se ha interesado por solucionar el problema, si exceptuamos, al ministro Catalá", dice el decano de Murcia. "Es un servicio maltratado, con retrasos continuos en los pagados o mal pagados, normativas mal retribuidas o justificación en los pagos fura de sí. Insisto, hay un desinterés absoluto por parte del Ministerio".

Se pregunta Ángel Méndez si se puede admitir que un Letrado de Oficio realice una actuación y no se le abone por no estar contemplada en ese baremo". Todo el trabajo realizado "debe ser abonado. Sin abogacía de oficio no habría Estado de Derecho", enfatiza, "y es una cuestión ya de dignidad. Que se reconozca y valore de una vez el papel fundamental que jugamos. No puede ser la abogacía de oficio la eternamente maltratada por nuestra Administración de Justicia".

"Hasta que no se consiga que pongan en el Ministerio de Justicia a gente capacitada para solucionar los problemas seguiremos igual. Hay un problema de competencia política importante. O no comprenden cuál es el problema y cómo hay que solucionarlo o no les interesa", señala el decano del Colegio de Abogados de Murcia.

"No somos esclavos, pero tristemente lo parecemos"

Además de ello, otra reivindicación que hacer constar el decano cartagenero es que la abogacía reclama "el derecho a la conciliación y al descanso. Es muy triste que un abogado tenga que estar haciendo escritos en la cama de un hospital minutos antes de ser intervenido quirúrgicamente". Se trata de un derecho que todos los trabajadores tienen "pero que los abogados, en el siglo XXI seguimos sin tener reconocidos. Cuando salimos a protestar y a quejarnos (cuando ya no podemos aguantar más) fundamentalmente por la situación del Turno de Oficio decimos que 'no somos esclavos', pero, tristemente, lo parecemos".

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