MURCIA. El gabinete de estudios del BBVA prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) de la Región caiga un 8,3% en 2020, para tener un crecimiento posterior del 6% en 2021. Estas previsiones auguran un mayor impacto económico en el Levante y las islas, debido principalmente a su fuerte dependencia del turismo. En el caso de la Región, la caía de un 8,3% es superior en tres décimas a la media nacional, prevista en el 8%.
El Gobierno regional, por su parte, considera que es precipitado pronosticar cómo se comportará la economía murciana y entiende que aún es pronto para emitir un cálculo preciso. “Va a depender de cómo salgamos de la reactivación”, apuntó el consejero de Hacienda, Javier Celdrán, quien reconoce, eso sí, que la parada “será brutal” y la economía española quedará diezmada tal y como están prediciendo organismos independientes como el Fondo Monetario o el propio BBVA.
Sin embargo, el consejero confía en que la caída del PIB regional “sea menor” que en el resto del país por la fortaleza del sector agraoalimentario. En el “lado negativo” de la balanza, asegura Celdrán, se encuentra el sector turístico, con un gran peso en la economía murciana, y que a día de hoy sigue paralizado. Otras áreas perjudicadas que también influirán son el mueble y la maquinaria.
BBVA Research estima que la recuperación este mismo año dependerá de la duración de las restricciones, de su impacto en la capacidad utilizada y de las políticas públicas para mitigarlas. En el informe se estima que en Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, La Rioja y la Comunidad de Madrid, la contracción de la actividad se ve mitigada por el mejor desempeño relativo de los sectores de actividades como el sector agrario y de alimentación, el sector público o los servicios de alto valor añadido, que se han visto menos afectados en la fase inicial de esta crisis.
Por otro lado, en País Vasco, Castilla y León, Galicia, Navarra y Aragón la actividad también podría caer menos que la media en 2020. En este caso, el retorno más rápido a la normalidad de los sectores industriales puede hacer que en estas comunidades, aunque el impacto inicial sea intenso, resulte también de menor duración. En el caso de País Vasco y Navarra, un mayor espacio fiscal ha permitido políticas más ambiciosas que en otras comunidades autónomas.
Sin embargo, según las previsiones de BBVA Research, las comunidades más dependientes del turismo y de las actividades de consumo social serán las más afectadas y además, su recuperación será más lenta. Por ello, en 2020 la caída del PIB será especialmente intensa en Baleares y Canarias, con el -17% y -13%, respectivamente. La Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia con retrocesos del 8,3%, y Cataluña del 8,2% mostrarían también una pérdida de actividad mayor que el promedio nacional.
Para 2021, a medida que retorne progresivamente la actividad en los sectores afectados por el confinamiento, la recuperación se extenderá hacia el Levante peninsular y las comunidades insulares, aunque de forma asimétrica. Así, Baleares y Canarias, tras la fuerte contracción de 2020, serán las comunidades con mayor crecimiento, del 9,6% y 7,8% respectivamente. No obstante, su PIB se situará aún un 5% por debajo de los niveles alcanzados en 2019.
La mayor actividad turística, respecto a 2020, también beneficiará a las comunidades del arco mediterráneo: el crecimiento en Andalucía (5,8%), Murcia (6%), Cataluña (6%) y Comunidad Valenciana (6,1%) se situará por encima de la media de España, favorecidas por la recuperación del turismo.
Las dos últimas, además, se verán también favorecidas por la progresiva recuperación de la actividad industrial y exportadora, cuya mejoría se extenderá también al resto de comunidades del norte. En este punto, la diversificación de los mercados exteriores, y en particular hacia países que estén más adelantados en la superación de la crisis sanitaria, como los asiáticos, puede ayudar también a la reactivación de la actividad.
Según BBVA, esta crisis genera desigualdades regionales en términos de empleo cuyos efectos se extenderán más allá de la duración del estado de alarma. La estructura sectorial, la temporalidad y la estacionalidad el mercado de trabajo dan lugar a que las dificultades puedan perdurar durante más tiempo en aquellos territorios con un mayor peso del consumo social en su actividad.
Así, los datos de afiliación a la Seguridad Social en los meses de abril y marzo ya muestran que el empleo se contrajo de forma más intensa en las comunidades insulares, mediterráneas y del sur. Sin embargo, en las regiones del centro y norte peninsular, en las que las actividades esenciales y el sector público tienen un mayor peso, la pérdida de afiliación fue menor.
En este contexto, el Servicio de Estudios de BBVA señala la necesidad de medidas que protejan a los colectivos más expuestos a la temporalidad para contribuir a la supervivencia de las empresas y de los puestos de trabajo.