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opinión

De la variante Ómicron al oro pasando por la deuda china

La última variante de la covid-19 ha causado estragos en los mercados, dado que podría evadir las vacunas existentes, aunque faltan datos fiables

1/12/2021 - 

MADRID. Ómicron, la última variante de la covid-19, ha causado estragos en los mercados, dado que podría evadir las vacunas existentes, aunque faltan datos fiables. De momento, la escasa liquidez en el Día de Acción de Gracias en EE UU y ajustadas valoraciones ha hecho que los mercados de activos de más riesgo hayan significativos la semana pasada.  Las acciones cíclicas relacionadas con servicios y energía se han llegado a ver particularmente afectadas.  Incluso el petróleo ha llegado a caer 16% con la rotura de niveles técnicos. Hay que tener en cuenta que las valoraciones son altas y el sentimiento del mercado frágil.  

Además, la reelección del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, para otro mandato, había llegado a provocar renovadas preocupaciones respecto a aceleración del endurecimiento de política monetaria por aumento de la inflación. Pero esta posibilidad es ahora muy incierta, dad la caída de la rentabilidad a vencimiento de la deuda de EEUU a diez años y aplanamiento de la curva de rentabilidades a vencimiento en respuesta a la variante Ómicron. Además, las ansiedades de los inversores por la nueva variante ha llevado a los inversores a refugiarse en yen japonés, franco suizo y, en cierta medida, euro, frente al dólar  Hay que tener en cuenta que las monedas de países en que se espera que sus bancos centrales sean más agresivos son más vulnerables al retraso en el ciclo de ajuste monetario.

En cualquier caso, para comprender mejor la gravedad de la variante, debemos entender si es más contagiosa que Delta, más peligrosa y hasta qué puntos son eficientes las vacunas existentes contra ella. Mientras podemos esperar que los mercados sigan volátiles, teniendo en cuenta que, aunque la situación es preocupante, la variante se ha identificado temprano y estamos mejor preparados para abordarla.  Desde la perspectiva económica, sabemos qué medidas fiscales y monetarias pueden tener que adoptarse si fuera necesario.

En conjunto, nos mantenemos tácticamente neutrales en acciones de mercados desarrollados, aunque estamos más positivos a medio plazo. Favorecemos empresas de balances sólidos con poder de imposición de precios en mercados desarrollados. Los persistentes cuellos de botella en las cadenas de suministro hacen más relevante el interés de este tema.  También estamos neutrales en acciones y deuda soberana en moneda local de mercados emergentes.  De todas formas, estamos empezando a ver riesgos más equilibrados en mercados emergentes, aunque se requiere visión selectiva.

En cuanto a Europa, a pesar de la reciente caída de los precios de las materias primas se enfrenta a una crisis energética los meses de invierno. De hecho, las preocupaciones sobre suministro de energía pueden durar un tiempo, pues las encuestas muestran impacto negativo en la actividad económica.  Pero, más allá de estas incertidumbres a corto plazo, somos optimistas con la renta variable europea, que debe beneficiarse de la debilidad del euro y ofrece un descuento significativo respecto a las de EE UU, incluso teniendo en cuenta las diferencias sectoriales. De hecho, afortunadamente hay buenas noticias en Europa en los índices de gerentes de compras y en el acuerdo de coalición alemán, más prometedor y flexible respecto a inversión pública e integración europea. Los Verdes, que controlarán un ministerio de protección del clima, han anunciado políticas energéticas ambiciosas y aumento del 25% en los salarios mínimos.  

'Plan Marshall Verde'

Esto apoya el tema de inversión 'Plan Marshall Verde'.   Hay que tener en cuenta que gobiernos que representan 70% de las emisiones globales de CO2 se han comprometido con objetivos cero emisiones netas y deben acometer grandes gastos en capital para revitalizar las frágiles economías socavadas por la pandemia, gran parte de los cuales se destinará a infraestructuras.  

Los compromisos de China en la COP 26 de Glasgow para acelerar su descarbonización, así como de Francia y Reino Unido de invertir en energía nuclear, apoyan este tema de inversión. Además, es destacable el compromiso alcanzado por la Alianza Net Zero Asset Managers, con más de 400 miembros, que representan 130 billones de dólares en activos, incluyendo gestoras, bancos, aseguradoras, proveedores de servicios y consultores. Según los países del G-20 se requiere 94 billones de dólares hasta 2040 en infraestructuras para satisfacer las necesidades de crecimiento de la economía global y se espera que el mercado global de infraestructuras crezca 6 % al año.

En cuanto a crédito, nos mantenemos neutrales en deuda de alta rentabilidad de Estados Unidos, pero infraponderamos su equivalente en euros. La de EE UU muestra más exposición a energía y ocio y mayor cupón. Por otra parte, los costes de la deuda han seguido aumentando para las inmobiliarias chinas, dominantes en su mercado local de deuda de alta rentabilidad, pero ha habido pocos signos de contagio y seguimos optimistas respecto a bonos soberanos chinos. De hecho, China ha llegado a colocar recientemente bonos a tres años en euros con rentabilidad a vencimiento negativa, -0,2 %.

Por otro lado, las autoridades chinas habrían solicitado a una importante plataforma china de transporte compartido que deje de cotizar en las bolsas estadounidenses en un contexto de continuo control sobre las grandes empresas tecnológicas chinas. En otro ámbito del mercado chino, algunas medidas de relajación enfocadas al sector inmobiliario están permitiendo a las empresas cierto acceso a la financiación.

Nos gusta el oro

Actualmente nos gusta el oro, que puede beneficiarse de la menor rentabilidad a vencimiento de la deuda del Tesoro de Estados Unidos, por su capacidad de ser refugio contra la inflación y papel diversificador en las carteras. Efectivamente, los bajos tipos de interés tasas y crecientes presiones inflacionarias reducen el coste de oportunidad de mantener oro.

Además, a pesar de las incertidumbres de Ómicron para la recuperación mundial a corto plazo, esperamos revalorización a medio plazo de las monedas cíclicas con fundamentales sólidos, como la corona noruega y el dólar canadiense.

César Pérez Ruiz es director global de inversiones de Pictet WM

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