El príncipe Felipe, junto al ministro de Industria, Juan Manuel Soria (2º d), el presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra (3º i), y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (d), se reúne con la Asociación Valenciana de Empresarios, que le traslada un informe sobre la situación de las empresas valencianas. EFE/Kai Försterling
VALENCIA. Se acercaba la hora de comer y el acto transcurría en el tedioso orden previsto, próximo a su finalización. Una a una se fueron desgranando las ¡16! intervenciones de empresarios y directivos de AVE, cada uno con su discurso perfectamente estructurado con los comentarios previstos: corredor mediterráneo, financiación autonómica, crédito inversor, apoyo a la economía valenciana...
Llegó la penúltima intervención, la muy institucional del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra y le siguió la del ministro de Industria, José Manuel Soria.... Le llegaba el turno de cerrar el acto al Príncipe, pero... ágil como una pantera y saltándose el guión del protocolo, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, dio un paso al frente y ante el asombro de los presentes expresó su intención de expresar unas palabras.
No se anduvo con remilgos la alcaldesa. Directa al grano, pidió alto y claro a las grandes entidades financieras que han adquirido o simplemente absorbido a las antiguos bancos y cajas de ahorro valencianas que acercaran sus centros de toma de decisiones regionales a la Comunidad Valenciana para las cuestiones que afecten a esta comunidad, que ya estaba bien de que los empresarios tuvieran que acudir a Madrid o a Barcelona por cualquier motivo.
Una reivindicación que no por recurrente deja de ser menos acuciante para la economía y los empresarios valencianos y que, desde luego, no se le había ‘ocurrido' plantear a ninguno de sus predecesores en el ‘turno' de palabra. Sorprendió favorablemente la alcaldesa entre los empresarios y algunos de los presentes así lo hicieron saber nada más terminar el acto. Al César lo que es del César...