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presenta este sábado en el Romea 'Mi nombre es Coque Malla. Una confesión musical' 

Coque Malla: "Con la paternidad se me han quitado las pocas tonterías que tenía"

15/03/2022 - 

MURCIA. Cuenta Coque Malla que ahora disfruta de las cosas más simples, como puede ser levantarse tarde, prepararse un café y estar en calma. "He simplificado mucho la felicidad", asegura. También dice que no va con él eso de sentarse bajo un olmo a reflexionar sobre cómo ha evolucionado aquel chaval de 17 años que cantaba con Los Ronaldos Adiós, papá. Y es que "con la paternidad se me han quitado las pocas tonterías que tenía", apunta el músico, quien se ha reconciliado con aquella primera etapa tras haber consolidado, hace ya mucho, su carrera en solitario. Tras 35 años subiéndose a los escenarios, no necesita presentación, aunque el espectáculo que ofrecerá este sábado en el Teatro Romea (20.00 horas) lleva como enunciado toda una declaración de intenciones: Mi nombre es Coque Malla. Una confesión musical. Para el que, por cierto, y como le suele ocurrir en todas las salas en las que actúa, se han agotado las entradas.

No vienes a Murcia con un concierto al uso. ¿Qué es lo que se va a encontrar el público en el Teatro Romea?

Se trata de una autobiografía, sólo que en vez de escrita y publicada en forma de libro, está representada, escenificada y musicalizada. Es un multiformato que podríamos llamar una autobiografía teatral.

Has manifestado que se trata del espectáculo más ambicioso al que te has enfrentado...

No sé si ambicioso es la palabra, sería más bien complejo. La exigencia técnica y escénica que hay sobre el escenario es algo a lo que no me había enfrentado antes. Llevo 35 años en la música y siempre he seguido la misma estructura: seleccionar un repertorio, ensayar las canciones con la banda, diseñar unas luces; con más o menos medios; en sitios más grandes o pequeños... pero con una misma mecánica que tengo absolutamente dominada. Esto no es así. Es un montaje teatral, no con la profundidad de un texto de teatro porque no deja de ser un talk show, pero sí estructuralmente y en cuanto a la disciplina escénica. Está siendo heavy y brutalmente estimulante. Ahora ya siento que tengo el control del espectáculo, pero ha habido momentos en los que he pensado: uy, en qué me he metido.

Cada canción es una especie de confesión y cada vez que uno se sube a un escenario se queda un poco desnudo delante del público. ¿Qué vamos a descubrir nuevo sobre Coque Malla?

Hay historias, anécdotas, momentos de mi vida personal que voy a representar fugazmente. Son 52 años de vida comprimidos en dos horas y cuarto, más o menos. Hay cosas muy importantes que cuento en un gag de siete minutos, pero dan la pista. Aparte de historias que seguramente la gente no conozca, lo que a mí me parece más importante es el poso que va a quedar, el subtexto que va a hacer que se entienda mucho mejor al artista y su obra. Las canciones son un poco los puntos de unión, como en esos dibujos que hacíamos cuando éramos pequeños en los que había que unir números para formar una imagen.

Teatralmente, ¿se encuentra más en la línea de la comedia?

Va a haber mucha comedia, mucho humor, pero también momentos emocionantes y tristes, poéticos, de recuerdo a gente que ya no está, de situaciones difíciles como fue la separación de Los Ronaldos… es una comedia agridulce. Pero sobre todo va a haber mucha autoparodia y sirve para reírme de mí mismo, de mis hitos y mis tópicos.

En este formato aúnas dos facetas, la de músico y la de actor. Es de suponer que no sería factible sin una de ellas. 

Totalmente. Hay otra gente que tiene un formato parecido, de contar cosas de sus vidas y sus canciones y sobre el camino que le ha llevado hasta ellas, pero no desde una actuación actoral. Esto está interpretado. Hay un texto escrito y yo soy fiel a cada coma. No sería posible con un músico que no tuviera esta faceta de actor, no funcionaría. Lo hemos ficcionado un poco y convertimos a Coque Malla en un personaje y eso a mí me parece interesante.

La finalidad última de un concierto de rock

En esta ocasión, por el formato, el público estará sentado, pero estarás deseando encontrarte con gente bailando, coreando las canciones… con ese disfrute que había en los conciertos de la normalidad.

Sí, hay muchas ganas. Han sido conciertos fantásticos y muy emocionantes los de las dos giras anteriores -la gira Imposible, inmediatamente después del confinamiento, y la Crack Tour al año siguiente, ya con banda-. Pero los conciertos de rock en directo son la auténtica antítesis de lo que estaba ocurriendo. La gente con mascarilla, sentada, sin poder cantar mucho… eso va directamente en contra de lo que se supone que tiene que ser un concierto de rock. Lo que uno intenta cuando se sube a un escenario es que la gente llegue al máximo nivel de liberación, de demostración de sus sentimientos; ese es el fin profundo, íntimo y maravilloso de un concierto de rock. Y eso era imposible con las restricciones y con esos audios horribles que advertían de todo lo que no se podía hacer. Les faltaba decir: por favor, no disfruten. Todo parece indicar que este año todo eso se ha terminado, aunque supongo que seguirán las mascarillas. Los que vivimos de subirnos a los escenarios necesitamos esa energía otra vez.     

Un disco recopilatorio, 'El astronauta gigante', y un espectáculo en el que repasas tu carrera... Suena a pausa, a fin de una etapa o a un cambio de rumbo de cara a ese nuevo trabajo que ya anuncias para 2024.

Hablar del 2024 parece de una película de Terminator. Bueno, por como se ha desarrollado mi vida y la presentación de mis discos, y por algo que nos ha afectado a todos como es la pandemia, todos los planes se han ido cambiando sobre la marcha. Pero al final todo se ha puesto en su sitio. El astronauta gigante creo que es un formato perfecto para cerrar una etapa; esta gira también lo es. Y ya dejar atrás la nostalgia, la redención del pasado y parar un tiempo y descansar, porque no he parado. Durante el año duro de la pandemia no paré de tocar, entramos en un circuito de conciertos acústicos y festivales. Después llegó el Crack Tour y este año Mi nombre es Coque Malla y la gira, ya normal, con El astronauta gigante. Yo necesito parar y el público también descansar de mí. Voy a tomarme un descanso largo y luego con calma me enfrentaré a ese 2024 con un proyecto totalmente nuevo y fresco. Después de tanta nostalgia y autobiografía, me apetece mirar para adelante.

¿Por qué parecía que te daba un cierto pudor cantar temas de Los Ronaldos?, ¿te has reconciliado ya con esa etapa?

Sí que hubo un cierto pudor, porque yo estaba sacando músculo como de gran autor y tenía la paranoia absurda de que Los Ronaldos era música menor. Cosa incierta y absurda, pero también lógica por la que tenía que pasar, porque había un momento en el que mi obra como solista era frágil y había que defenderla y dejar clarísimo que aquello se había terminado y que yo ahora era otro autor. Ahora mi obra es fuerte, sana y la gente canta a voz en grito mis canciones en solitario, tanto o más que la de Los Ronaldos. Se ha equilibrado la cosa y ya no siento ningún pudor ni ningún miedo de, en medio de un show mío, tocar tres o cuatro canciones, las que hagan falta, de Los Ronaldos.

"No hay que mitificar tanto este trabajo"

Voluntad, constancia, evolución... ¿en qué orden se dan en tu carrera y qué falta en esta receta?

Todos los que nos dedicamos a esto tenemos grandes dosis de todo eso. Pero no hay que mitificar tanto este trabajo, al final es como el que hace mesas o un ingeniero que cada mañana mira unos planos. Es mi profesión, es mi oficio y es lo que hago. No sé hacer otra cosa. Yo le quitaría toda esa cosa tan heroica.

¿Qué universos le queda por explorar al astronauta Coque Malla?

Los voy descubriendo según me dejo llevar por el espacio. Te lo diré cuando llegue. No tengo una ruta trazada ni mucho menos.

Y ¿hay alguna ocasión en la que te gustaría llevar escafandra y pasar desapercibido?

Esa etapa ha pasado, afortunadamente. Tuve una época de mucha fama y mucho éxito; después vino una época, que es la peor, en la que seguía teniendo mucha fama y no tenía éxito; y ahora estoy en la mejor, ya que no tengo una gran fama, voy por la calle perfectamente tranquilo y casi nadie me conoce, pero tengo mucho éxito: llenamos las salas y agotamos las entradas en cada concierto que hacemos, y tengo el cariño y el respeto de los compañeros.     

Como es Coque Malla detrás de su imagen de rockero eterno... 

Soy la persona menos indicada, porque dedico mi vida a entender como es Coque Malla y no lo consigo.

¿Con qué no puede vivir Coque Malla?

Sin mis hijos. Puede sonar cursi, pero es así.

Te declaras muy currante, pero ¿con qué disfrutas cuando no estás trabajando?

Cada vez con cosas más sencillas, la verdad. Con poder estar en el presente y no estar pensando que no llego a tiempo para una canción. El volumen de trabajo en los últimos años se ha disparado a un nivel tan bestial que cuando no estoy trabajando disfruto con la simplicidad, con levantarme tarde, hacerme un café tranquilo, mirar por la ventana y pensar en ese árbol que veo, no en el tiempo que me queda para acabar una letra o cerrar un ensayo. He simplificado mucho la felicidad.

Cuándo vuelves la vista atrás, ¿cómo ves aquel chaval de 17 años que empezó en Los Ronaldos? ¿Qué se ha quedado por el camino y qué has aprendido?

Ni idea, no es algo que yo me pare a pensar mucho. No me siento debajo de un olmo a pensar sobre esas cosas. Seguramente queda mucho, en el buen sentido y en el mal sentido. Y, bueno, algunas cosas se habrán perdido o se habrán mejorado… supongo. Le dedico más tiempo a otras cosas. La paternidad te quita esas tonterías, aunque yo de esas no tenía muchas, tenía otras. Pero con la paternidad estás en el presente y en mirar para adelante.

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