BRUSELAS (EP). La Comisión Europea ha propuesto este miércoles que la tasa sobre los beneficios extraordinarios de las compañías de combustibles fósiles que propone para contener los precios se fije en al menos un 33%, además de pedir a los Estados miembros reducir su demanda eléctrica un 10% -y un 5% del consumo en horas punta- y establecer un límite de 180 euros/MWh para el precio de las tecnologías inframarginales -como las renovables o la nuclear-.
Los ministros de Energía de la UE discutirán a finales de mes esta propuesta que la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, espera sea adoptada con rapidez. No obstante, ha apuntado durante un debate en el Parlamento Europeo que la "gran reforma" para "desligar el precio del gas del resto de energías llegará a finales de año".
Así, la propuesta legislativa de la Comisión Europea contempla establecer una tasa solidaridad a las empresas de combustibles fósiles, como petróleo, gas, carbón o el sector del refino, y que no se vean afectadas por el límite aplicado a las tecnologías inframarginales.
Lo que plantea Bruselas es aplicar una tasa del 33% sobre los beneficios obtenidos a partir del ejercicio 2022 y que se sitúen un 20% por encima de la media de los tres últimos años fiscales o después de enero de 2019. Si el importe resultante fuera negativo, la tasa a aplicar sería cero.
Este impuesto solidario y temporal se aplicará adicionalmente, es decir, como añadido al resto de tributos de la legislación nacional de cada Estado miembro y los ingresos, recaudados por los países de la UE, se destinarán a los hogares más vulnerables, a las empresas más afectadas y las industrias electrointensivas.
"Los Estados miembros podrán utilizar los ingresos de la tasa de solidaridad de las compañías de petróleo y gas para impulsar la producción de fertilizantes en Europa", indicó la presidenta de la Comisión Europea en la Eurocámara.
Otra de las propuestas del Ejecutivo comunitario pasa por fijar una reducción "obligatoria" del 5% del consumo de la electricidad durante las horas de máximo consumo, así como una reducción adicional mínima de un 10% de la demanda de electricidad hasta el finales de marzo de 2023.
Con este mecanismo, Bruselas pretende atajar las horas con los precios de la electricidad más elevados, precisamente cuando las centrales de ciclo combinado de gas juegan un papel más relevante en la generación de electricidad e impactan en el precio de la misma.
Dependerá de los Estados miembros implementar las medidas necesarias para alcanzar tales objetivos, incluyendo compensaciones económicas. En todo caso, el objetivo de la Comisión Europea es lograr un recorte del consumo de gas de 1.200 millones de metros cúbicos de gas durante el invierno.
Además, Bruselas plantea establecer un límite temporal de 180 euros/MWh al precio al que las tecnologías inframarginales, como las renovables o la nuclear entre otras, pueden vender electricidad.
Con ello se pretende atajar los beneficios extraordinarios que estas productoras de electricidad han obtenido dado el alto coste de la electricidad que han marcado las plantas de ciclo combinado de gas en el mercado mayorista de electricidad.
Así, los Estados miembros recaudarán los beneficios que obtengan las productoras de tecnologías inframarginales que se sitúen por encima de este límite de 180/MWh, un importe que se destinará a cubrir la factura energética de los colectivos más vulnerables.
La batería de medidas de la Comisión Europea viene encauzada por los Veintisiete después de que el pasado viernes convinieran qué medidas a poner en marcha.