MURCIA. Una semana después del fracaso de la moción de censura al Gobierno regional de López Miras, esta semana le toca el turno al Ayuntamiento de Murcia del alcalde José Ballesta, quien no tira la toalla y espera que no triunfe el intento de PSOE y Ciudadanos para acabar con 26 años de gobierno del PP. El regidor hizo este lunes un llamamiento al diálogo "sin ningún tipo de reserva" a socialistas y liberales.
A tres días de que se celebre el pleno extraordinario en el que se votará la iniciativa registrada por PSOE, Cs y Podemos, Ballesta, durante una visita a Cabezo de Torres, ha tendido su "mano abierta, sincera y franca" a los dirigentes nacionales y regionales socialistas y naranjas para evitar llegar a una situación "complicada y difícil".
Tras asegurar que no ha encontrado vías para realizar "acercamientos" con estos dos partidos, el regidor murciano, al ser preguntado por si ese diálogo está condicionado por la retirada de la moción de censura, ha afirmado que no va con "apriorismos", rémoras o elementos preconcebidos. "Sin ningún tipo de reserva", ha enfatizado.
Ballesta asegura estar dispuesto a retirar "inmediatamente" la querella contra Mario Gómez si con eso "podemos recuperar el diálogo" para frenar la moción de censura. El primer edil ha reconocido que ahora mismo esos puentes "están rotos" y que acudiría a una posible negociación "sin rémoras ni reservas preconcebidas", informa Europa Press.
"Lo que es necesario es reconstruir lo que durante todo este tiempo se ha roto, porque creo que Murcia lo merece y los murcianos lo van a reclamar y, si no lo conseguimos, la situación, lejos de mejorar, puede llegar a empeorar", advertía el todavía alcalde.
El regidor murciano ha alertado sobre la necesidad de llegar a un acuerdo previo a la moción de censura para evitar que "Murcia y los murcianos" sean "noticia por algo que no debíamos ser noticia" tras una iniciativa similar a nivel autonómico que, en su opinión, ha acentuado el descrédito político.
"También hay una todavía más acentuada pérdida de la credibilidad de la política, de los políticos, de una pérdida de la confianza que todavía se acelera más y la confianza es como el agua: cuando se derrama es muy difícil recogerla", recalcaba Ballesta.