MURCIA. La integración de la farmacia en el Sistema Nacional de Salud es una cuestión esencial para la mejora de la sanidad pública en nuestro país. Así lo considera el presidente de Hefame, Enrique Ayuso, quien reclama el compromiso de la Administración pública para crear una farmacia más asistencial que ayude a descongestionar la presión sobre la atención primaria, con todas las garantías.
El presidente de la tercera cooperativa de distribución farmacéutica española realizó estas declaraciones durante su intervención en la mesa redonda ‘Sostenibilidad de la atención primaria y posibles soluciones: punto de vista de las instituciones profesionales’, que tuvo lugar en el IV Congreso Simpodader Internacional, celebrado en el hotel Abades Nevada Palace, organizado por la Universidad de Granada, y cuyo asunto central fue ‘Cómo integrar la farmacia comunitaria en el sistema sanitario’.
Durante su intervención, Enrique Ayuso apostó por reforzar la colaboración público-privada como solución para mejorar el sistema sanitario en nuestro país, y reclamó mayor respaldo de la Administración para promover una farmacia que pueda prestar servicios adicionales a los que ofrece actualmente.
Sus propuestas requieren, como indicó, la coordinación de la distribución farmacéutica y la farmacia, “que está demostrado que funciona con éxito, incluso en situaciones de máximo estrés como la pandemia como la dispensación domiciliaria para enfermos crónicos y dependientes o la dispensación colaborativa, es decir, la colaboración de la Farmacia Comunitaria y la Farmacia Hospitalaria en la dispensación de medicamentos de diagnóstico hospitalario”.
En su exposición, Ayuso manifestó que hay numerosas tareas que el farmacéutico puede hacer, pero que necesita que desde la Administración le reconozca nuevas competencias y, en determinadas cuestiones, se establezcan los cauces para que se pueda llevar a cabo.
El presidente de Hefame recordó que la dispensación colaborativa de medicamentos de Diagnóstico y Dispensación Hospitalarios (DHDH) ya es una realidad en cinco comunidades españolas, y que se trata de una modalidad “que debería servir de ejemplo de colaboración público-privada porque es fruto de la cooperación de las empresas de distribución farmacéutica, las farmacias y los servicios de farmacia hospitalaria”. Se trata, subrayó Ayuso, de una práctica “que evita al paciente desplazamientos al hospital, facilitándole la dispensación de toda su medicación en la farmacia, y constituye una mejora en el sistema de salud que debería generalizarse en todo el país”.
Sostenibilidad
Durante su intervención, el presidente se refirió a los precios de referencia de los medicamentos para mostrar su punto de vista acerca de la necesidad de establecer precios mínimos, “dado que los bajos precios son una de las causas de la falta de suministro”. En su opinión, “la bajada continua de los precios del medicamento, especialmente en épocas de elevada inflación, pone en peligro la sostenibilidad del sistema, sobre todo para las empresas del modelo cooperativo, mayoritarias en España, que trabajamos con márgenes mínimos, porque nuestro fin, por encima de criterios económicos, es el servicio a las farmacias y a los pacientes, garantizando el acceso al medicamento en condiciones de equidad y universalidad”.
El presidente abordó también los retos que afronta la distribución farmacéutica de gama completa y, con ello, a la necesidad de establecer licencias diferenciadas para hacer frente a la incorporación de operadores menos especializados y necesarios en el sector. Así, se refirió a la necesidad de establecer licencias diferenciadas para la distribución farmacéutica de gama completa, con el fin de proteger a las farmacias y como garantía para los pacientes: “Se trata de dos actividades diferentes que en la actualidad están reguladas por la misma licencia”, dijo.
La diferenciación de las licencias, en su opinión, “protegería una labor esencial, con las características, riesgos y obligaciones inherentes a la distribución de gama completa y aseguraría que se sigue prestando un servicio que garantiza la equidad y universalidad en el acceso al medicamento a todos los ciudadanos”.
Al hilo de esto, Ayuso reclamó el derecho de la distribución farmacéutica a ser suministrada en cantidad suficiente por los laboratorios para abastecer de manera continuada y adecuada a las farmacias, dándole prioridad en el suministro de medicamentos con problemas de disponibilidad. Asimismo, recordó que “la distribución farmacéutica de gama completa es la herramienta más eficaz para gestionar los problemas de escasez, porque hace llegar los medicamentos de la manera más equitativa a la población”.
Sobre la colaboración entre las profesiones médica y farmacéutica, el presidente de Hefame se refirió, en primer lugar, al reciente nombramiento de José Manuel Miñones como ministro de Sanidad, subrayando su formación farmacéutica y su conocimiento y previsible sensibilidad con los asuntos que preocupan a la profesión.
En este sentido, mostró su confianza en que la Administración siga escuchando y actuando en la dirección de conseguir una actividad profesional más compleja donde el farmacéutico asuma más competencias de las que tiene actualmente y ayude construir un sistema público de salud más accesible, humano, eficaz, ágil y sostenible”. Compartir la historia clínica de los pacientes sería un paso adelante en esa dirección “porque desde el momento en que el paciente adquiere sus medicamentos, el farmacéutico es quien interactúa con él”, dijo.
Ayuso recordó en su intervención que los farmacéuticos comunitarios representan el tercer grupo de profesionales de la salud más numeroso del mundo, superado solo por médicos y enfermeras, “pero su participación ha sido muy limitada en la salud pública”. En su opinión, existen áreas de innovación en el desarrollo de la actividad farmacéutica, tales como la conciliación de la medicación (comparar la medicación habitual del paciente con la prescrita), con el objetivo de analizar y resolver posibles discrepancias, o la realización de pruebas analíticas en el punto de atención (POCT) para la detección de enfermedades infecciosas como la hepatitis C, el estreptococo, la gripe y el covid.
El presidente respondió a la cuestión sobre cuáles deben ser las iniciativas lideradas por las instituciones profesionales para mejorar la sostenibilidad a la atención primaria y la integración de la farmacia comunitaria, señalando que “lo primero es integrar la farmacia en el sistema nacional de salud”, y añadió que “es necesario que las instituciones sigan trabajando unidas para diseñar la sanidad pública y adoptar las medidas necesarias para avanzar hacia ese modelo”. En este sentido, apuntó que “se debe legislar para garantizar la estabilidad de la sanidad, independientemente de quien gobierne”.
Ayuso propuso también, entre otras acciones, el establecimiento de “normas de juego que hagan una sanidad sostenible desde el punto de vista económico y medioambiental”, así como la implementación de recursos digitales y tecnológicos que permitan mejorar la comunicación entre las instituciones y la adaptación a las necesidades del nuevo paciente.
Por fin, el presidente apostó por crear un centro de recopilación de información que integre datos de todos los actores que intervienen en la cadena sanitaria, garantizando la confidencialidad, “porque esto permitiría mejorar la toma de decisiones en el área de la salud”.
Para integrar la farmacia en el Sistema de Salud, la Administración debe, en opinión de Ayuso, ampliar las competencias necesarias “para lograr una farmacia realmente asistencial y útil para el SNS”, lo que requiere, tal como expuso, que se garantice la atención domiciliaria para personas dependientes, se autorice la realización de pruebas analíticas en el punto de atención (POCT) para enfermedades como el VIH, la hepatitis, la gripe o el estreptococo, o se puedan evaluar riesgos para el paciente de padecer afecciones como la depresión adicciones, deterioro cognitivo, asma o afecciones cardiovasculares, mediante la realización de cuestionarios validados.