La joven escritora María Reig (Barcelona, 1992) quería desembarcar en el mundo editorial y se planteó empezar por la autoedición, pero el éxito del crowdfunding que puso en marcha para comenzar el proyecto le facilitó el acuerdo con la editorial Suma de Letras, con la que ha publicado hasta tres novelas históricas. Ahora llega la cuarta, esta vez con la editorial Espasa, en la que además embarca al lector en un atractivo viaje por el corazón de Europa a finales del siglo XIX. Sonó un violín en París es una novela de época, también un cuaderno de viajes, pero además es la prueba que atestigua que siempre hay dos caminos posibles: afrontar la verdad o huir hacia adelante. Un libro que presentará este viernes, 7 de febrero, en las Veladas literarias del restaurante Maestral.
— Pasar de barajar la autoedición a que te publique una editorial como Espasa no es sencillo, pero lo has conseguido con tu cuarta novela ¿Cómo se fraguó esa oportunidad?
— No llegué a autoeditar, pero la historia de cómo me introduje en mundo editorial sí parte de un plan para autoeditarme. Después de probar suerte por la vía tradicional con varios sellos y no obtener respuesta u obtener respuestas negativas, en 2018 me planteé autoeditarme y valoré opciones.
Amazon era la opción que más se ajustaba a lo que quería en ese momento para poder llegar a los lectores, pero era consciente de que, si no lo acompañaba de un plan de marketing, al final mi alcance iba a ser reducido. Entonces, me lancé a diseñar ese plan y, una de las primeras acciones que me di cuenta que debía hacer, aparte de los informes de lectura y correcciones ortotipográficas pertinentes, era desarrollar una campaña de crowdfunding para obtener el dinero con el que financiar todo ese plan.
Conseguí el objetivo inicial de la campaña de crowdfunding en 25 horas y, al final, se sumaron más de 130 mecenas, con lo que volví a contactar con la editorial Suma de Letras, que entonces sí me dio la oportunidad de publicar. Luego conté a los mecenas el cambio de planes y les ofrecí la posibilidad de recuperar su dinero. Les actualicé sobre cuáles serían las siguientes acciones, teniendo en cuenta el apoyo de la editorial, pero teniendo que financiar también un poco por mi cuenta, así que decidieron quedarse conmigo.
Al final de mi primera novela, están mencionados todos los mecenas en los agradecimientos. Esto fue mi llegada al mundo editorial con la novela Papel y tinta, que salió en 2019, y luego con Suma de Letras publiqué Una promesa de juventud y Los mil nombres de la libertad, que también son novelas históricas, en 2020 y 2022, respectivamente. Sonó un violín en París es un cambio de etapa muy ilusionante con el equipo de Espasa y estoy encantada. Me ofrecieron un proyecto muy interesante e ilusionante.
— Las cuatro novelas que has escrito hasta ahora son de tipo histórico ¿Qué cuentas pendientes tienes con el pasado?
— El pasado siempre tiene interés para mí. Me asomo al pasado para intentar entender un poco mejor el mundo en el que vivo. No siempre encuentras respuestas, pero a veces trazas los antecedentes sobre las cosas que no comprendes, sobre por qué son así y no de otra manera. Las respuestas las voy encontrando, las voy intuyendo, a raíz de investigar el pasado. Cuanto más investigas el pasado, más te das cuenta de todo lo que te queda por saber y de lo complejo que es abordar cualquier época histórica. Con los libros me siento afortunada por tener esa posibilidad de sumergirme en una época concreta y contarla a través de una novela histórica.
La historia se repite. Es fácil encontrar respuestas en el pasado. Muchas veces encuentras parámetros que son lineales, que son constantes en la historia, y otras veces son cuestiones más cíclicas, que de repente aparecen y desaparecen. Es muy curioso. De hecho, una de las cosas que más me llama la atención cuando investigo sobre el pasado es ver esos elementos comunes con la actualidad. Muchas veces tenemos la idea de que algo es genuino, de ahora, que nos distingue como sociedad, como generación y demás, pero no; la mayor parte de las cosas es fácil encontrarlas en el pasado, porque han ocurrido antes que nosotros.
— De hecho, si para algo ha servido este nuevo libro es para consagrarte como escritora de novela histórica por tu capacidad para ubicar contextos y describir una época. Algo que ha sido muy aplaudido por la crítica…
— Lo cierto es que me siento muy agradecida por poder poner mi granito de arena y tener en un hueco en un género que admiro tanto como lectora y que siempre ha formado parte de mi vida, porque soy una apasionada de la historia y de la escritura, de la literatura. Los nuevos autores de novela histórica fortalecemos el género. Los autores Millennial, y pronto vendrán de la Generación Z, ayudamos a mantener el género. Siempre es bueno que vaya llegando gente joven, gente nueva, y que conviva con esas firmas consagradas de las que tenemos tanto que aprender. Al final, eso enriquece los géneros literarios y ayuda a que pervivan, a que sigan estando muy vivos en las librerías.
![La escritora de novela histórica María Reig](https://d31u1w5651ly23.cloudfront.net/articulos/articulos-1528446.jpg)
— La elección de estas épocas y contextos complica en gran medida el proceso de escritura. ¿Cómo de decisiva es esa fase previa de documentación?
— Es muy decisivo. Siempre comienzo cada proyecto con la fase de documentación e investigación porque para mí es muy importante. Aunque en mis novelas los personajes y las tramas sean de ficción, siempre tengo la obsesión de que los personajes sean hijos de su tiempo y de que las tramas, aunque no hayan ocurrido porque me las estoy inventando, sí pudieran haber pasado. Entonces, siempre tengo esa obsesión de que el contexto esté cuidado y que haya un gran rigor a la hora de reconstruir la época que he escogido. Así es como concibo yo que debe de ser la novela histórica.
Es cierto que supedita mucho. Por un lado, la documentación es una gran fuente de inspiración y creatividad. Por otro, te supedita las decisiones que tomas a nivel creativo, porque hay que seguir unas normas. Por ejemplo, en mis libros, donde siempre hay personajes femeninos en roles protagónicos, hay que ceñirse a lo que podían o no hacer en ese momento, y siempre es un reto añadido, pero un reto muy enriquecedor. Es cierto que, evidentemente, te limita, pero veo más las oportunidades que me brinda, con todas las ideas que brotan a partir de ese reto.
— En este libro introduces un elemento importante, como son los viajes y, más allá de lo atractivo que puede ser para el lector recorrer el corazón de Europa, también puede implicar una huida hacia delante de los protagonistas ¿Qué papel juegan aquí los viajes?
— La idea del viaje en esta novela tiene diferentes capas. Por un lado, es cierto que hablamos de ese viaje físico con esa conexión con los primeros turistas modernos, con el antecedente del Gran Tour y esos primeros turistas modernos de finales del siglo XIX. Las elites, que recorren Europa y que se deleitan visitando lugares emblemáticos del continente. Por otro lado, también existe un viaje emocional de los personajes. Vamos a ver cómo cada uno se plantea esta experiencia desde un prisma diferente.
Como dices, muchos que lo van a utilizar de huida, pero lo cierto es que, en lugar de permitirte huir, muchas veces la experiencia te hace darte de frente con tus problemas o fantasmas. Es cierto que los viajes son momentos en los que, si tenemos el espacio adecuado, reflexionamos mucho. Imaginemos a finales del 19, cuántas horas en tren, cuántas horas para darle la cabeza y analizar o hacer una introspección.
Yo quería que la novela también tuviera esa lectura de los viajes como un momento en el que podemos hacer análisis de nuestra vida, sustraernos un poco de la de la rutina en la que funcionamos de forma automática y tomar las riendas de nuestra vida. Esto, evidentemente, en cada personaje se aplica de una manera. Hay algunos que realmente no hacen ese ejercicio, pero sí existe esa lectura en la novela, y está también esa otra capa del viaje musical, que también va acompañando a los personajes y la lectura.
— La nueva novela comienza con una velada en París, que da lugar a un gran viaje, y ahora eres tú quien se dirige este viernes a otra velada, en este caso literaria. También se intuye, por tu parte, otro gran viaje o recorrido profesional, como escritora…
— Me han hablado muy bien de las Veladas literarias y estoy deseando que forme parte de mi viaje como escritora y que forme parte de mis recuerdos con la novela, pudiendo compartirla, que al final ese es uno de los mayores regalos que podemos tener los autores, después de la fase de trabajo, que es más solitaria y que en la que, irremediablemente, hay una parte de aislamiento. Tener estos espacios dedicados a los libros, tener la oportunidad de compartir tu trabajo con lectores y, además, hacerlo de formas tan originales, pues es una maravilla y me hace muy feliz. Tengo muchísimas ganas de que llegue el viernes.