Fotos: MIAMI OPEN
MURCIA. Carlos Alcaraz Garfia continúa superándose a sí mismo y, con ello, dejando por el camino a rivales top a los que gana dando lecciones de tenis. El joven jugador murciano, de 18 años y decimosexto en el ranking de la ATP, se ha clasificado para la final del Masters 1.000 de Miami, en Estados Unidos, al imponerse por 7-6 (5) y 7-6 (2) en 2 horas y 2 minutos al polaco Hubert Hurkacz, que defendía el título que logró en 2021. Su rival en la pelea por la gloria será el noruego Casper Ruud, octavo del mundo. El choque está programado para este domingo a las siete de la tarde -hora española-.
Era la segunda semifinal en un torneo de esta categoría en apenas dos semanas y, después de que en Indian Wells cayera frente al mallorquín Rafa Nadal, en esta ocasión dio un paso más y está en disposición de lograr el que sería el título más destacado de su todavía corta carrera como profesional y eso le haría inscribir su nombre como el del primer español en coronarse en Miami.
El encuentro arrancó con los dos jugadores seguros en su turno de saque y como el primero en servir fue el polaco, Hurkacz llevó la iniciativa avanzándose en cinco ocasiones y en otras tantas Alcaraz respondió para nivelar el marcador hasta el 5-5 y mostrando su fiabilidad para salvar la única bola de "break" que se registró en el encuentro hasta entonces.
El punto de inflexión en esta primera manga bien se pudo producir en el undécimo juego cuando Alcaraz tuvo sus dos primeras posibilidades para ganar al resto, pero tampoco las aprovechó y el de Breslavia, con seis "aces" en 40 minutos, se dispuso a esperar la bola con el 5-6 a su favor.
No asustó eso a Carlos, quien se volvió a llevar su saque no antes sin dar un ejemplo de caballerosidad en la pista. En un punto que había sumado para el 40-0 el juez de silla indicó doble bote en una pelota a la que Hurkacz había llegado y fue el propio tenista de El Palmar el que contradijo al árbitro y el punto se repitió. El español lo ganó de nuevo para acto seguido forzar el "tie break".
Las alternativas que no hubo hasta entonces se dieron en la muerte súbita y se pasó el 1-0 a favor de Carlos al 3-5 para Hubert y sacando. "La Roca", como casi siempre, mostró la dureza mental de la que hace gala, y cuatro puntos seguidos le permitieron anotarse el set con el 7-5 en el desempate después de 1 hora y 2 minutos.
Hurkacz, visiblemente enfadado, tiró su raqueta al suelo mientras Alcaraz se dirigía a su silla consciente de que tenía que seguir concentrado al máximo para lo que le quedaba por hacer.
La forma en que acabó el primer set tuvo su efecto en el comienzo del segundo. El de El Palmar, cada vez más suelto y ejecutando sus ya clásicas dejadas con precisión para castigar a un rival de 1,96 metros de estatura, se anotó su servicio con holgura y luego dispuso de su tercera bola de ruptura, que tampoco hizo buena, pero ya dio la sensación de dominar el encuentro de forma clara.
En la pista central del Hard Rock Stadium de Miami se jugaba a lo que quería Alcaraz, quien hacía correr a su rival más de lo que le gustaría y eso le hizo cometer errores no forzados.
No obstante, la potencia del saque del número 10 del mundo le valió para mantener la igualdad (5-5).
La tensión y también el cansancio fueron en aumento y en el undécimo juego de este parcial el pupilo de Juan Carlos Ferrero se vio obligado a levantar dos bolas de "break". Lo hizo y eso le hizo rearmarse todavía más, aunque su oponente, con el golpeo en el inicio de la jugada como arma demoledora, fue quien forzó esta vez la muerte súbita.
Alcaraz comenzó sirviendo y logró el 1-0 y a partir de ahí puso la directa para colocarse 6-2 arriba con una dejada maravillosa que le ponía a un punto de su primera final en un Masters 1.000. Tenía cuatro bolas de partido e hizo buena la primera para cerrar un choque en el que logró 88 puntos por los 79 de su oponente, a pesar de que éste obtuvo 13 saques directos por los tres del español.
¡Olé, olé, olé, Alcaraz, Alcaraz!, fue el grito coreado en las gradas de Florida, donde Alcaraz tiene la ocasión de formar parte de la historia en mayúsculas del tenis español como primer campeón de un torneo sólo superado en importancia por los cuatro del Grand Slam.
Tras haber superado al húngaro Marton Fucsovics, al croata Marin Cilic, al griego Stefanos Tsistipas, al serbio Miomir Kecmanovic y a Hurkacz, con 10 sets a favor y sólo uno en contra, se enfrentará en la final al noruego Casper Ruud, quien a sus 23 años es el octavo jugador del mundo y que en semis se deshizo por 6-4 y 6-1 del argentino Francisco Cerundolo, también de 23 años y que ocupa el puesto 103.
Hay un precedente de este duelo y favorece al murciano, que se impuso al nórdico por 6-2 y 6-4 el pasado 9 de abril en los cuartos de final del ATP 250 de Marbella.