MURCIA (MP/EP). Solo el 35% de los hogares de la Región de Murcia goza de una integración plena en la sociedad. De hecho, el 12,2% se encuentra en una situación de exclusión moderada y el 13,2% en situación de exclusión severa. No obstante, el grupo predominante lo conforman con un 39,2% del total los ciudadanos en integración precaria, es decir, aquellos a los que cualquier cambio mínimo en sus vidas puede abocarlos a la exclusión.
Dicho de otra forma, un total de 1 de cada 4 habitantes de la Comunidad murciana viven en condiciones de exclusión social moderada o severa mientras que 1 de cada 3 participan con normalidad en la sociedad. Así se desprende de los resultados del Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social presentado este jueves por Cáritas Diócesis de Cartagena y la Fundación para el Fomento de Estudios Sociales y de la Sociología Aplicada (FOESSA).
En específico, este estudio nace como consecuencia del "shock sin precedentes" que ha causado la pandemia en la Región, pues ha agravado las desigualdades ya existentes y creado muchas nuevas. No obstante, la auténtica preocupación que señala este estudio no es tanto el aumento de la pobreza como la incapacidad de salir de ella cuando la economía mejore: "No somos capaces de sacar a la gente de la pobreza en los periodos de recuperación", lamenta Daniel Rodríguez, miembro del equipo de Estudios de Cáritas Española y de la Fundación FOESSA. En este sentido, también ha destacado la probabilidad de que el conflicto entre Rusia y Ucrania motive un nuevo incremento de la exclusión.
Sobre las causas de la pobreza, este informe presenta tres grandes brechas: la edad, la nacionalidad y los hijos menores al cargo. Con trabajos de escasa estabilidad y remuneraciones precarias, los jóvenes de entre 19 y 29 encuentran grandes complicaciones para desarrollar su proyecto vital, lo que motiva que uno de cada 3 murcianos en esta franja de edad se encuentre en exclusión social frente al 5% registrado en los mayores de 65 años.
Por otro lado, la necesidad de hacer frente al gasto que supone tener menores al cargo resulta otro de los grandes problemas que identifica el estudio, pues la mitad de los hogares con niños o adolescentes se encuentra en exclusión social frente al 18% de las familias en las que solo hay adultos.
En cualquier caso, una de las mayores fuentes de desigualdad sigue resultando el país de procedencia ya que el 68% de los hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentran en situación de exclusión, tres veces más que en el caso de los españoles (20,7%).
A pesar del aumento de la protección social, más de 30.000 familias carece de algún tipo de ingreso periódico o predecible que permita una mínima estabilidad.
La brecha digital afecta al 44% de los hogares, lo que conlleva una "desventaja" en el acceso en igualdad de condiciones a derechos como la sanidad, educación, empleo o participación. Se trata de un 'apagón digital' por ausencia de dispositivos, conexión o habilidades para el manejo de Internet que conlleva pérdida de oportunidades laborales, formativas, de relación o de acceso a derechos como ayudas y prestaciones sociales, han explicado desde Cáritas.
Cáritas ha alertado de que la crisis social provocada por la pandemia ha recrudecido las posibilidades de estabilidad de los trabajadores en la Región de Murcia, generando frustración, laboral y personal, con efectos a nivel psicológico y emocional al repercutirles directamente en el desarrollo de sus proyectos vitales.
El empobrecimiento de los trabajadores se deriva de salarios "insuficientes en muchos casos", pero también de la parcialidad de sus jornadas laborales, la temporalidad y la estacionalidad de sus contratos.
El informe identifica a los trabajadores con inestabilidad laboral grave. Éstos están presentes en 85.000 hogares de la Región de Murcia, y se caracterizan porque han tenido tres o más meses de desempleo, tres o más contratos diferentes, en tres o más empresas distintas.
Una de las conclusiones del documento es que la pandemia ha paralizado los procesos de integración laboral de personas desempleadas, cronificando su situación ante la suspensión de los procesos de formación y mejora de la empleabilidad, alargamiento del tiempo de desempleo acumulado y la reducción de la protección social por desempleo. Unas 27.000 familias tienen a su sustentador en esta situación, y 55.000 a todos sus miembros activos en paro.
Más de 75.000 hogares en la Región de Murcia han abandonado tratamientos o han dejado de comprar medicamentos por problemas económicos. El mantenimiento de la vivienda, con altos precios y bajos e inestables ingresos, provoca que 61.000 familias están en situación de pobreza tras hacer frente al pago mensual del alquiler o hipoteca.
Cáritas ha explicado que, frente a esta realidad, la mayoría de las familias que sufren situaciones de pobreza y exclusión social se levantan cada mañana con iniciativa y fuerza para tratar de salir de la situación que están viviendo, decididos a recorrer el espacio que les separa de la integración.
Frente a la imagen de pasividad que a veces se transmite, el nivel de 'activación' es muy alto", ha explicado la organización. Así, dos de cada tres hogares en situación de exclusión se encuentran inmersos en dinámicas laborales, de formación para mejorar su empleabilidad o participando de programas de los servicios sociales o de entidades del tercer sector como Cáritas para avanzar en su salida de la pobreza o la exclusión.
En el informe autonómico promovido por Cáritas y Fundación FOESSA han participado 30 investigadores procedentes de más de diez universidades y entidades de investigación social. En él se constata el punto de inflexión que ha supuesto el Covid en la evolución de las condiciones de vida, los niveles de integración de las personas y familias y el engrandecimiento de la desigualdad en la Región.
Para analizar la exclusión social a la que es sometida una persona, en el informe se han contemplado distintas dimensiones: el empleo, los ingresos, la salud, la participación, la vivienda, la educación, el aislamiento y el conflicto social.
El director de Cáritas, José Antonio Planes, ha defendido este informe por "el conocimiento profundo y exhaustivo de la realidad social que ofrece de la pobreza y exclusión, y que interpela a la acción y compromiso del conjunto de la ciudadanía y actores sociales".
Precedente a este estudio, el Informe Exclusión y Desarrollo Social en España vio la luz en enero de 2022, y en él se constaba cómo la crisis sanitaria y económica del SARS CoV-2 habían supuesto una "ruptura abrupta" en la cohesión social del país.
En plena pandemia, durante 2020, la acción de Cáritas llegó a 95.046 personas en la Región de Murcia, lo que supone un incremento de 23.021 con respecto a 2019, un 24,23%, según la memoria anual de Cáritas Diócesis de Cartagena.
Lorca Planes ha recordado "ni como sociedad, ni como comunidad humana podemos permitir que esta nueva crisis ahonde aún más en esta situación", y ha destacado que el informe explica que la estructura social y económica "llega décadas generando, sosteniendo y naturalizando el sufrimiento de las situaciones de pobreza y exclusión social de millones de personas en nuestro país".
Asimismo, ha alertado de "la urgencia de avanzar y ampliar el alcance de la respuesta proporcionada por las Administraciones públicas para proteger realmente a las familias más desprotegidas".