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Presenta ‘Falling’

Viggo Mortensen: "Con la covid somos más conscientes de que la vida es efímera"

El actor debuta como director en un drama familiar del que es protagonista, productor, guionista y autor de la banda sonora 

7/10/2020 - 

MURCIA. Que nos os engañen los galones, Viggo Mortensen, alias Aragorn en la trilogía de El señor de los anillos, Capitán Alatriste y también Fantastic, nominado tres veces al Óscar, ha tardado más de 20 años en conseguir la financiación para su debut como director, Falling.

“Por mucho que te conozcan como actor, si no has dirigido ni siquiera un corto, les resulta arriesgado. Y si además, la historia que quieres contar no tiene una resolución clara, todo se vuelve más difícil”, compartía el cineasta nobel a su paso por el Festival de San Sebastián, donde fue reconocido con el Premio Donostia.

La falta de experiencia a los mandos y el planteamiento de su ópera prima, distante de una fórmula comercial reconocible, retrasaron su puesta en marcha. La demora no sorprendió a Mortensen, pero reconoce que sí le frustró. No obstante, el polifacético artista considera que ha sido para bien. “En estas dos décadas he seguido aprendiendo y he visto y participado en más películas”.

Su dilatada experiencia como actor, bajo las órdenes de directores tan dispares como Lisandro Alonso, Walter Salles, Peter Jackson y David Cronenberg, que en Falling tiene un cameo, lo han curtido para saltar al otro lado. 

Madrina de la nouvelle vague y del Viggo director

La persona que lo reafirmó en su intención de tratar con respeto al espectador fue, sin embargo, una directora con la que no tuvo la suerte de trabajar, Agnès Varda

En diciembre de 2018, a su regreso del Festival de Marrakech, Rosalie Vardà, hija de la autora de Cléo de 5 a 7 (1961), le cedió el asiento junto a su madre. Hablaron durante tres horas de la vida, de la muerte y del oficio: “Me transmitió la importancia de no contarlo todo, de tener siempre presente la inteligencia del espectador y darle la información incompleta, para hacerlo sentir incluido y despertarle el deseo de ver las cosas por sí mismo”.

Además de actor, el director novel ha ejercido de poeta, músico, fotógrafo y pintor. En Falling aúna muchas de sus pasiones. Si recurrimos a la paremia, podríamos decir que se ha marcado un Juan Palomo, esto es, no sólo dirige, produce y protagoniza, sino que también firma el guion y ha compuesto la banda sonora. 

Su estreno es un drama familiar donde planean las rencillas enquistadas, la masculinidad tóxica, el amor incondicional y la demencia. Le arropan en pantalla Laura Linney y el veterano actor Lance Henriksen, conocido por su papel de Karl Bishop Weyland en la saga Alien. Ambos interpretan a su progenitor y su hermana, respectivamente.

En su compañía protagoniza dos de las escenas más incómodas de la trama. En concreto, hay una violenta secuencia final donde padre e hijo discuten con la que Viggo se obsesionó: “Le comenté al equipo que ya podíamos montar lo que teníamos, pero si la escena no era molesta, no teníamos película. Contábamos con un filme decente, pero faltaba un desenlace fundamental. Fue bueno hacerlo, pero difícil, porque tuvimos que trabajar muchas horas más al día siguiente de rodarla”.

Todo oídos

Cuando el actor estadounidense pisó por primera vez el set en su nuevo rol de director, decidió que iba a evitar los errores que había presenciado en sus numerosas experiencias como actor: “Lo más importante es confiar en tu elenco. No hay que apresurarse, sino esperar a ver qué te muestran, porque conocen facetas de ese personaje en los que quizás tú no has reparado. Si tienes aguante puedes acceder a matices inesperados”.

Como intérprete destaca que siempre le ha interesado la totalidad del esfuerzo, el trabajo colectivo que supone crear una película. De ahí que haga extensiva su máxima al resto de su equipo. “Una buena idea puede venir de cualquier departamento”, valora.

El punto de partida de Falling fue la muerte de su madre. Tras el funeral, Viggo se sentó a apuntar recuerdos para no olvidar la infancia compartida y contrastó los suyos propios con los de sus hermanos, pues la memoria es subjetiva. 

La película se presta a una relectura en estos tiempos marcados por la pandemia. “Llevo tiempo dándole vueltas a la vejez. Me digo que he de aprender a perdonar a los otros y a mí mismo, me pregunto qué me va a pasar cuando sea mayor, quién me va a cuidar… Ahora, con la COVID somos todos más conscientes de que la vida es efímera y hemos de valorarla como lo que es, un regalo”. 


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