MURCIA. Todagres no supera la apurada situación que le persigue desde hace varios años. La compañía vilarrealense (Castellón), con el porcelánico como su producto referente, repitió prácticamente en 2019 las pérdidas del ejercicio anterior, con casi tres millones de balance negativo, y resiste gracias al músculo financiero que le aporta su matriz, el grupo murciano Fuertes, propietario, entre otras compañías, del gigante alimentario El Pozo.
Las cuentas del año pasado, recientemente depositadas en el Registro Mercantil, recogen cómo Todagres siguió reduciendo su cifra de negocio hasta los 20,9 millones de euros, casi un 4% menos que el ejercicio anterior. La caída de las ventas se prolonga de esta manera ya varios años, como también las pérdidas, que acumulan más de siete millones de euros en los tres últimos balances.
Estas "pérdidas acumuladas" son uno de los "factores causantes de dudas" sobre la continuidad de la compañía, como recogen sus propios gestores en el informe de gestión. No en vano, los números rojos prolongados han dejado el patrimonio neto de la compañía en negativo (concretamente en 6,8 millones), lo que en la práctica es causa de disolución.
Y esto solo se sostiene gracias al apoyo financiero de la matriz. De hecho, Grupo Corporativo Fuertes amplió hasta los 8 millones al cierre de 2019 (eran cinco un año antes) el préstamo participativo con el que sustenta a la firma. Las propias cuentas así lo recogen: "Teniendo en cuenta dicho préstamo participativo, de acuerdo con la legislación mercantil, la sociedad no se encuentra en causa de liquidación".
Esto se ve complementado con "importantes ampliaciones de capital" llevadas a cabo en los últimos ejercicios. No en vano, el holding se hizo en 2013, mediante una operación acordeón, con el 100% de la azulejera vilarrealense, que el año pasado celebró medio siglo de vida, después de entrar en ella en 2003. Así las cosas, la gestión por parte de los administradores murcianos todavía no ha dado sus frutos.
Y eso a pesar de "las políticas de contención de costes aplicadas por la dirección", como indican las cuentas. De hecho, Todagres cerró 2019 con una nueva pérdida de masa laboral, en esta ocasión de 14 personas; y redujo sus compras de materia prima (y los metros cuadrados fabricados), a la par que dio salida a sus existencias, en una clara intención de lograr la viabilidad, que por otra parte no ha alcanzado.
Así las cosas, y con la incertidumbre derivada del coronavirus, que ya produjo una afección en primavera con la paralización de la actividad, entre los pocos aspectos positivos que "mitigan la duda" sobre la viabilidad de la firma sus gestores apuntan a la facilidad para seguir endeudándose. En este sentido destacan la existencia de líneas de crédito disponibles por importe de 3,9 millones, así como la financiación "más económica y con mayores límites a corto y a largo plazo al beneficiarse de la política financiera del grupo al que pertenece" tras renegociar los préstamos.
Tanto es así que, a 31 de diciembre de 2019, Grupo Corporativo Fuertes "ha manifestado su compromiso a proporcionar apoyo financiero a la sociedad a primer requerimiento, de tal manera que siempre se encuentre en condiciones de cumplir con sus obligaciones financieras", recogen textualmente las cuentas.
También es positivo el mejor posicionamiento en los mercados internacionales, donde las ventas crecieron el año pasado un 1,6%, mientras bajaron un 14,8% en el mercado interno. En cuanto a producto, "destaca en volumen de ventas la colección Todatech", un porcelánico de altas prestaciones en la línea de lo que demanda el mercado.
