MURCIA. Parecía imposible, pero sucedió. Los casi siempre conservadores Premios Óscar rompieron con todo coronando a Parásitos de Bong Joon Ho como mejor película de 2020. Aunque en el inicio de la carrera a los premios muchos apuntaban a Once upon a time in Hollywood (Quentin Tarantino) como cinta del año, los Globos de Oro pusieron todas las miradas en una 1917 que había pasado algo desapercibida en las primeras quinielas y que confirmó su buen hacer en los Bafta. Sin embargo, la surcoreana Parásitos se ha erigido como la película del año para los académicos en una 92ª edición que, de nuevo sin presentador, dio el pistoletazo de salida con una reivindicativa actuación de Janelle Monaé, acompañada por Billy Porter, en uno de los pocos momentos queer de la gala -#OscarsSoStraight- y cuyo escenario solo pisaron dos españolas: Penélope Cruz y Gisela.
La cinta, una exquisita narración sobre la lucha de clases en Corea del Sur, hizo historia en los Óscar en tanto que película de habla no inglesa, superando a 1917 de Sam Mendes, que en un primer momento se antojaba como la opción de consenso en unos premios que, en el último momento, han optado por la valentía de premiar a la gran obra de Bong Joon Ho. Además de mejor película, se llevó el premio a mejor película extranjera, mejor guión original y mejor director, dejando sin opción a Dolor y gloria de Pedro Almodóvar. Fue especialmente llamativo este último premio, que arrebató el director surcoreano a un Mendes que parecía favorito y que, en unos Óscars que parecían 'cantados', puso en duda que 1917 se llevara el gordo.
El propio Bong Joon Ho se mostró sorprendido durante un emocionante discurso, que compartió con Martin Scorsese y Quentin Tarantino, una victoria dulce que fue la gran sorpresa de la gala. De hecho, la única. La conservadora ceremonia, que puso gran parte del peso en las actuaciones musicales (¡Eminem!), volvió a prescindir de la figura de presentador, con un resultado más descafeinado que en 2019 y sin el punch de Ricky Gervais en los Globos de Oro o Aubrey Plaza en los Spirit Awards.
En las grandes categorías de actuación, pocas sorpresas. Los premiados fueron: Joaquin Phoenix, mejor actor por Joker; Renée Zellweger, mejor actriz por su papel en Judy; Laura Dern, mejor actriz de reparto por Historia de un matrimonio; y Brad Pitt por Érase una vez en... Hollywood.
Antonio Banderas se quedó sin poder decir aquello de ‘I grew up in a place called Málaga, where this was not a very realistic dream’. El protagonista de Dolor y gloria reconocía hace unos días llegar tarde a la campaña por el dorado y declaraba ser consciente de que “en absoluto” era el favorito para ganar el Óscar a mejor interpretación masculina. La sutileza de su trabajo, premiada en Cannes y en los Goya, no ha sido suficiente como para conquistar un Óscar que bien lo merecía. Fue el favorito Joaquin Phoenix y su histriónico Joker quien se alzó con la estatuilla, cinta que, a pesar de venir avalada por la victoria en Venecia, se tuvo que conformar con el premio para el aplaudido Phoenix y el de mejor banda sonora, por el trabajo de Hildur Guðnadóttir.
Tampoco el flan de la suerte de las hermanas de Pedro Almodóvar surtió efecto. En la categoría de Mejor Película extranjera no hubo sorpresas: el Óscar fue para la revelación Parásitos. La surcoreana era la absoluta favorita, dejando sin opción a una de las cintas más bellas rodadas por el manchego, un viaje autobiográfico que, en última instancia, también se convertía en un homenaje al cine. Bong Joon Ho no lo iba a poner fácil a la delicia almodovariana y, como se esperaba, ganó el premio como mejor cinta extranjera, una victoria que no vino sola, pues también se hizo con el premio a mejor guión original, mejor director y mejor película. “Uno no escribe para representar a su país, pero este es el primer Óscar para Corea del Sur”, celebró el director durante su discurso.
La española Klaus tampoco consiguió alzarse con el Óscar a Mejor Película de Animación. A pesar de haberse colocado como favorita tras su victoria en los Bafta y en la 47º edición de los premios Annie, los galardones de cine de animación más importantes de la industria, la cinta de Sergio de Pablos no consiguió imponerse al gigante de Pixar, una cuarta entrega de Toy Story que dejó sin sueño a la deliciosa Klaus. La cinta, además, cuenta con numerosos profesionales valencianos en sus filas, entre ellos el editor Ximo Romero o la animadora Rosa Medina. Por su parte, Hair Love se hizo con la estatuilla como mejor cortometraje de animación.
Más presencia española, aunque no en la lista de nominados sino sobre el escenario, en el que la cantante Gisela -coprotagonista de OT: la película y representante de Andorra en Eurovisión- entonó parte del tema ‘Into the Unknown’ (Frozen II) en una actuación coral que sumó a las voces de Elsa de distintos países del mundo, lideradas por Idina Menzel. A falta de Óscar para Klaus o Dolor y gloria, Gisela y Penélope Cruz, encargada esta última de entregar el Óscar a mejor película extranjera, fueron las únicas españolas en subirse al escenario del Dolby Theatre.
Mejor película: Parásitos
Mejor director: Bong Joon ho (Parásitos)
Mejor actriz: Renée Zellweger (Judy)
Mejor actor: Joaquin Phoenix (Joker)
Mejor actriz de reparto: Laura Dern (Historia de un matrimonio)
Mejor actor de reparto: Brad Pitt (Érase una vez en... Hollywood)
Mejor película de animación: Toy Story 4
Mejor película extranjera: Parásitos (Corea del Sur)
Mejor fotografía: 1917
Mejor diseño de vestuario: Mujercitas
Mejor documental: American Factory
Mejor corto documental: Learning to Skateboard in a Warzone (If You’re a Girl)
Mejor montaje: Le Mans ‘66
Mejor maquillaje y peluquería: El escándalo (Bombshell)
Mejor música original: Joker
Mejor canción original: Rocketman (por ‘(I’m gonna) love me again’)
Mejor diseño de producción: Érase una vez en Hollywood
Mejor cortometraje animado: Hair Love
Mejor cortometraje: The Neighbors’ Window
Mejor sonido: 1917
Mejor mezcla de sonido: Le Mans ‘66
Mejores efectos visuales: 1917
Mejor guion adaptado: Jojo Rabbit
Mejor guion original: Parásitos