MURCIA (EFE/Concha Tejerina). Vaticinar si habrá una segunda oleada del coronavirus que causa la covid-19 es "impredecible" y mientras algunos expertos consideran que podría ser "en cualquier momento", hay quien opina que, tras descubrirse que había llegado a Barcelona en marzo de 2019, lo ocurrido en los últimos meses podría ser esa "segunda ola".
En lo que sí coinciden los tres expertos consultados por EFE es en que, según la historia de la Medicina, las segundas olas en el caso de pandemias como la peste o la gripe española de 1918 fueron "más fuertes, más graves y hasta diez veces más virulentas que la primera".
La presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SoVaMFiC), María Ángeles Medina, señala a EFE que aunque es "impredecible", algunos epidemiólogos vaticinan que la segunda ola podría ser este julio, con el fin del estado de alarma y tras la apertura de fronteras y aeropuertos, y otros dicen que sería en otoño.
"Visto lo visto, de la realidad de las calles y de cómo parece que se han olvidado muchas cosas, la verdad es que 'en cualquier momento' sería la respuesta adecuada", advierte Medina, quien indica que se están produciendo brotes puntuales y el virus "sigue circulando entre nosotros, no hay inmunización de rebaño, de grupo".
Recuerda que el estudio de prevalencia arrojó solo un 5 % de inmunidad en España y hasta que la vacuna no esté en circulación "no se puede garantizar una seguridad a la ciudadanía para hacer lo que llamamos una vida normal".
A juicio del microbiólogo Sergi Maicas, profesor titular del departamento de Microbiología de la Universitat de València (UV) y director del Máster en biología molecular, celular y genética, la aparición de nuevos brotes tras finalizar el estado de alarma "ha ido más rápido" de lo previsto.
"Este virus nos está engañando a todos en cada una de las cosas que hace, eso ya es un problema", asegura a EFE Maicas, quien indica que aunque la apuesta de una segunda ola era en septiembre u octubre, "estamos viendo que la gente está ahora muy relajada".
Los brotes de nuevos casos son ahora puntuales, pero a la vuelta de vacaciones, "si seguimos haciendo lo que hasta ahora, la cosa puede ser un poco más grave", señala el microbiólogo, quien apunta a que ese incremento se produce por la movilidad.
"Este virus se está comportando de forma diferente a otros y cualquier previsión que puedas hacer no deja de ser temeraria", confiesa.
A su juicio, la primera vacuna aún tardará unos años en generalizarse y, por eso, "la vacuna somos nosotros mismos, vamos a tener que contagiarnos y crear inmunidad porque con los coronavirus se supone que la inmunización es casi de por vida".
El presidente de la Federación Mundial de Medicina Tropical, Santiago Mas-Coma, explica a EFE que, aunque todos pensábamos que en estos meses estábamos en la primera ola, tras el descubrimiento de que en marzo de 2019 ya había SARS-CoV-2 en Barcelona, esta afirmación debe ponerse "en cuarentena".
"Si el virus circulaba entonces, eso podría decirnos que la primera oleada, con un virus menos transmisible y patógeno, fue en 2019; si eso fuese así, estaríamos ahora en la segunda oleada a nivel mundial", afirma.
Añade que aunque se necesitan más estudios para determinarlo, los investigadores que lo han detectado son "virólogos de primera fila" y él duda "mucho" que se hayan confundido: "Habrá que secuenciarlo para ver si el virus es idéntico al que está circulando ahora o era diferente por entonces y menos patógeno".
Además, recuerda que a finales de febrero de 2019 se celebró en Barcelona el Mobile World Congress, con miles de participantes, muchas de ellas procedentes del Extremo Oriente.
"Así, en 2019 habría habido una primera ola de un virus menos transmisible y menos patógeno que después mutó y sufrió un cambio conformacional, originando lo que sería ahora la segunda ola", señala.
También podría explicar que estamos pasando la segunda ola de la SARS-CoV-2 el hecho de que la mutación del virus no suele aparecer en la primera oleada, o si lo hace es tardíamente, y en este caso se detectó casi al principio de la pandemia.
Según Medina, aunque con la covid-19 no tenemos aún experiencia, en otras pandemias como la de la peste o la gripe española se sabe que hubo hasta dos o tres olas y cada una de ellas "fue más fuerte que la anterior".
"El virus no desaparecerá, sigue estando y está más preparado, pero nosotros también", asegura Maicas, quien recuerda que hace cien años, cuando se produjo la gripe española, no había previsión de una segunda oleada y, además, no había un sistema sanitario.
"El virus estaba preparado y, por eso, la segunda ola fue casi diez veces peor que la primera. Eso es lo que nos pasaría si no tuviéramos un sistema sanitario de alerta, si no hiciéramos caso o dejáramos de realizar las medidas higiénico-sanitarias", advierte.
Para el presidente de la Federación Mundial de Medicina Tropical, en la historia de las pandemias, la segunda ola siempre ha sido "peor que la primera", algo que podría tener relación con mutaciones o cambios conformacionales del virus, que lo hicieron más transmisible y más patógeno.
A esto se une, según el experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a que entonces la humanidad no disponía de los medios que hay ahora, tanto a nivel sanitario como científico o de comunicación para responder de manera rápida
Medina cree que la sanidad española no estaría preparada para soportar una segunda ola de la pandemia del coronavirus con los recursos materiales y humanos que hay ahora.
Así opina, al menos, el 75 % de los médicos de atención primaria de la sanidad valenciana, según los resultados de una encuesta a 620 facultativos.
Según Maicas, ahora tenemos unas condiciones "que son peores que hace unos meses pero lo contrarrestamos porque conocemos mejor al virus y, sobre todo, el sistema sanitario está alerta".
"Como sociedad occidental sería un fracaso que esto pudiera llegar incluso a los mismos niveles. Quiero pensar que no se llegará porque cuando hay un brote se actúa y se llega a tiempo", señala para añadir que lo que da más miedo al sector sanitario es que coincida la gripe con el SARS-CoV-2 (cuyos síntomas pueden ser parecidos) y se saturen los servicios sanitarios.
Mas-Coma, catedrático de Parasitología de la UV, destaca la importancia de parar los rebrotes y que no se desborde otra vez la pandemia, e indica que si las UCI y los hospitales no están desbordados "tienen capacidad para atender mejor a los enfermos".
Y ve necesario que la gente se conciencie de que "esto va en serio, puede volver y tener consecuencias sociales y económicas peores que las que hemos tenido".